historia, la cual está basada en un relato de Alexei Tolstoi, presenta su gran fuerte en la estética, siendo sin lugar a duda la mejor de las tres en ese sentido. Claramente es la más ambiciosa de las tres historias, en la que Bava intenta rememorar en cierta forma lo exhibido en su anterior film “La máscara del demonio” (1960).
La historia presenta una ambientación y una fotografía sobresaliente, que sin duda está entre lo mejor que realizo Bava durante su carrera. Si bien la estética puede parecer algo similar a la exhibida por Roger Corman en sus adaptaciones de las obras de Edgar Allan Poe, el italiano la da su toque propio, principalmente en el tratamiento del color, tan particular de cine italiano de terror.
En cuanto a las actuaciones, Karloff realiza un trabajo totalmente genial, siendo la primera y la única vez que este actor personificara a un vampiro. Mark Damon y el resto de los actores que trabajan en esta historia, sirven de manera eficaz al relato. Es tal vez la de más lento desarrollo, pero presenta un sorpresivo final.
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